CIUDADES DEL MUNDO, DONDE ESTA PROHIBIDO MORIR!

PROHIBIDO MORIR

Sellia, Italia

En este pueblo situado al sur de Italia, morir es un crimen, a pesar de ser inevitable. Y no hablamos de una ley medieval, sino de una norma establecida el pasado mes de agosto. Si, en pleno 2015. Sellia está habitada por 537 habitantes, la gran mayoría superan los 65 años, por lo que el fallecimiento de los habitantes podría acabar directamente con el pueblo. Por esta razón, el alcalde les ha pedido a todos ellos que se cuiden, que tengan una vida saludable y que, sobre todo, no se mueran.

Cugnaux, Francia

"Ante una situación absurda, respuesta absurda… y media". Esto fue lo que declaró el alcalde de Cugnaux, Philippe Guérin, quién tuvo que prohibir a sus vecinos que murieran debido a la falta de espacio en los dos cementerios del pueblo. Tan sólo quedaban 17 nichos vacíos y las únicas parcelas en las que se podían construir un tercer camposanto pertenecían al ejército. Al final, tras las quejas del alcalde, el ministro de defensa cedió y los habitantes ya tienen donde descansar en paz.

Sarpourenx, Francia

En 2008, también en el país galo, y siguiendo los pasos e Cugnaux, el alcalde de Sarpourenx prohibió la muerte a los 260 habitantes debido, también, a la falta de espacio en el cementerio. Sin embargo, el buen hombre que tenía 70 años por entonces, incumplió su propia ley un año después.

Biritiba Mirim, Brasil

En 2005, el alcalde de este pueblo lo dejó bien claro en la página web del Ayuntamiento: "Está prohibido morir en Biritiba Mirim". Y por si no fuera suficiente, advirtió de que "los infractores responderán por sus actos". En el cementerio municipal no había más espacio y tenían prohibido la construcción de uno nuevo por culpa de una ley de medio ambiente. Finalmente, en 2010 lo consiguieron.

Lanjarón, España

El overbooking en el cementerio también se produjo en 1999 en Lanjarón (Granada). El por entonces alcalde del PP, José Rubio, declaró: "Aquí no se muere nadie, porque Lanjarón es vida y salud". Pretendía que ningún vecino falleciese hasta que se construyera un nuevo camposanto municipal. 

Falciano del Massico, Italia

En 2012, los casi 4.000 habitantes de este pueblo italiano recibieron la orden de no morir tras aprobarse una ordenanza municipal. Su alcalde, Giulio Cesare Fava, fue quien tuvo esta idea ya que el pueblo no tenía cementerio propio (pertenece al ayuntamiento vecino, Carinola) y no disponían de los fondos suficientes para construir uno nuevo. Desafortunadamente, dos habitantes no pudieron cumplir la ley. En 2014, Falciano del Massico aún seguía luchando para conseguir un cementerio propio.

Longyearbyen, Noruega

En Longearbyen, capital del archipiélago de las Svalbard, los ciudadanos tienen que soportar temperaturas de hasta 50 grados bajo cero y, por si fuera poco, encima, no tienen permitido morirse. El pueblo tenía un cementerio hace más de 70 años, pero tuvo que cerrar ya que los cuerpos no se descomponen debido a las bajísimas temperaturas.